Sucre, la actual capital de la república fue por historia y convencimiento un espacio de solaz esparcimiento, descanso y tranquilidad plena, incluso más allá de los endémicos avatares políticos que ponían permanentemente en jaque a todas las estructuras socio políticas de éste país. En consonancia con este clima, el chuquisaqueño clase media y también, porque no los señores y señoritos de la burguesía chuquisaqueña (si es que alguna vez la hubo) eran “gente de bien, buenos sentimientos y trato refinado para con todos, incluidos los “indios que les cuidaban sus pobres y escuálidas propiedades”, pero propiedades al fin. Era permanente y hasta permitido observar toda una serie de alianzas y complicidades que se daban entre peones, indios e indias y “los niños y niñas” hijos e hijas del patrón; complicidades en todos los campos del acontecer humano.
Fuente: Juan Carlos Balderas - www.lacurvaturadelcirculo.blogspot.com
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